sábado, 19 de abril de 2008

Que la soja llegue a la tolva


Se sabe. La soja es por lejos el producto que más exporta la Argentina. En el 2006, el país vendió tres veces más soja que autos (el producto que le sigue en el ranking de exportaciones). Lo que no siempre se sabe es que, con la misma superficie, se podría cosechar mucha más.

Si en los próximos tres años el país logra reducir un 18% los niveles de pérdida al cosechar esta oleaginosa, el premio son 100 millones de dólares más por cada año. Este es el objetivo que se propone el Precop, del INTA, un programa que busca aumentar la eficiencia en la cosecha nacional.

En los últimos años, el país viene reduciendo sus pérdidas al cosechar soja. Entre el 2003 y el 2006, los productores agrícolas las bajaron un 15%, según las evaluaciones que realizó el INTA en 7 provincias (en campos cercanos a Pergamino, Balcarce, Anguil, Concepción del Uruguay, Rafaela, San Luis y Oliveros). Pero la apuesta es ir por más.

El equipo del ingeniero Mario Bragachini (del INTA Manfredi) resume los pasos para cosechar perdiendo todavía menos.

"Para cumplir el objetivo hay que adelantar el inicio de la cosecha, regular mejor los cabezales y cosechadoras y reducir en un 10% la velocidad de avance", destacan los técnicos, quienes además resaltan la figura del contratista especializado y tecnológicamente actualizado como "un aliado clave para lograr esta meta".

Los cabezales de las cosechadoras son un punto crítico. Allí se producen el 70% de las pérdidas cuando se cosecha la soja. Los técnicos explican que el problema es el movimiento y la fricción que la barra de corte le imprime a las plantas en el momento de cortar, "generalmente por exceso de velocidad de avance, falta de recambio de cuchillas o deficiencias en la regulación del sistema", precisan.

Para mejorar la eficiencia de los cabezales el equipo del ingeniero Bragachini recomienda a los productores y contratistas controlar periódicamente las cuchillas, regular correctamente el molinete, cosechar a velocidades normales (sin superar los 7 km/h) e invertir tiempo en la regulación de la máquina junto al contratista. También es importante que los productores se informen y capaciten, y estén presentes en el momento de la cosecha.

A pesar de que el parque de cosechadoras se renovó en un 25% en cuatro años, "reduciéndose la edad promedio de 11,5 años a 8,5 años", según los datos del INTA Precop, todavía falta un buen número de máquinas en la Argentina para permitir bajar la velocidad promedio de avance dentro del lote, "lo que -como ya se explicó- redundaría en una drástica reducción de las pérdidas ocasionadas por la cosechadora", afirma Bragachini y su equipo.

El problema, para estos especialistas, es que "la Argentina todavía no dispone de las máquinas necesarias para cosechar 85 o 90 millones de toneladas a la velocidad de avance adecuada para reducir las pérdidas y conseguir un grano más sano y limpio".

Cómo el país desea crecer en área y en productividad hasta alcanzar en el 2010 unas 100 millones de toneladas, el parque de máquinas debería reponer "unas 1.800 cosechadoras en los próximos 4 años", estiman los técnicos del INTA.

Fuente: www.clarin .com

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